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A María García Romero, gran poeta y amiga
Entre los jeroglíficos de arena
me encontré con mil grutas de cristal
donde el amor esquivo se escondía
de la mar y la noche censurada.
Bajo el signo del agua en la penumbra
un océano inmenso se derrite
como el ámbar desnudo de tu piel,
en un sueño de lunas.
Sobre el umbral del viento estás reinando.
No pierdas tu poder de mujer jaguar,
eres como obsidiana sin aristas,
fuerte como una roca del ensueño,
frágil y vulnerable como un pétalo.
A través de las ramas de los árboles
la vida va mostrándote experiencias
como frutas exóticas y rojas,
placeres veleidosos o perennes.
Eres una sirena entre las algas
envuelta en la visión de las auroras
que seduce a la niebla con su risa
y se diluye en bruma del silencio.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Buenas noches Ana!!
¡¡Precioso!!un canto admirable de amistad y cariño.
Un beso
Ana, querida amiga: Gracias!!
Me has emocionado tanto por la belleza de tu verbo como por el sentimiento fraternal que nos une. Ese que te ha hecho dedicarme estos versos bellísimos y que, yo quisiera merecer.
Te quiero y te abrazo.
Siempre contigo.
María.
Gracias, Estrella, por pasar y dejarme tus palabras.
Un beso grande
Ana
Me alegra mucho que este poema te haya gustado, María.
Besos enormes
Ana
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