*
Escribo algún poema
en el cuaderno azul de la palabra
y beso las mañanas
a través de los hilos de la sombra.
Restauro las visiones
mientras la lluvia cae tras los cristales.
Un pensamiento-mundo me sorprende
y fisura los arcos de mi cuerpo.
A mi casa no llegan
las noticias,
todo está abandonado en el silencio.
Tan sólo tus palabras
me hacen retornar a los inicios,
cuando todo eran lunas de papel.
Me acuerdo de tu roce
en la nostalgia apátrida.
Escucho los lamentos de la tierra
y las gotas de exilio
mientras el aire envuelve mi guarida.
No olvido tu volcán de medianoche
que regresa del sueño...
El perfume es presagio de las horas
y el suave despertar de un petirrojo.
Ana Muela Sopeña
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