jueves, 29 de noviembre de 2012

QUÉ TRISTE ES...

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.....Qué triste es que las religiones nos separen y por ellas estalle la violencia en todas las naciones de la tierra. Los dioses parecen insaciables en su sed de venganza y de sangre. La falsedad se aloja en labios que predican la paz en el mundo y después sólo ansían poder. Dominar el planeta y los recursos son los objetivos de los políticos, pero también de los grupos religiosos. En medio de todo esto danzamos unas veces escapando, otras adhiriéndonos. Si los dioses son tan belicosos, ¿para qué nos sirven?


Ana Muela Sopeña

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