*
En el silencio fluyen los venenos
letales radiactivos
de la central de Fukushima.
Apenas los periódicos informan
de este suicidio lento
a través del océano y el aire.
Y no sólo se trata
de la prefectura de Fukushima
o del país del sol naciente.
El mundo entero es un depósito
de residuos radiactivos.
Al mismo tiempo siguen los contratos
para hacer nuevas centrales nucleares.
Y dicen que es segura esta energía...
El árbol radiactivo tiene miedo
solloza por las noches y nos habla,
nos dice en su lenguaje que paremos.
Pero no le escuchamos
y seguimos con prisa
avanzando
hacia ninguna parte...
Ana Muela Sopeña
http://resumenesdesdefukushima.blogspot.com.es/
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2 comentarios:
Hermoso poema Ana, un tema que a muchos nos toca.
Un abrazo
Gracias, María, por venir...
Un beso
Ana
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