*
Mis huesos adheridos
a la niebla que inunda tu piel de alba
se inician en la soledad temida.
La orfandad de la luna
rinde culto al vacío de la mente
entre ojos de vencejo y sal de océanos.
Respiración del alma en su plegaria...
Un barco se desnuda del enigma
y el animal salvaje
pulsa la incertidumbre más feroz.
Ana Muela Sopeña
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