jueves, 23 de octubre de 2008

RENACIMIENTO

*
La soledad del mundo te dolía
en un vacío agónico, sin límite.

Una tregua en los mares del destino
te entregó los silencios de la herida.

Morir,
hasta poder decir que todo es muerte.

En la penumbra fértil unas alas
de algún ser luminoso de mi cuásar...

y encontrar esa luz,
como un renacimiento hacia lo íntimo.


Ana Muela Sopeña

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