sábado, 24 de enero de 2009

TIEMPO INSÓLITO

*
La mujer del exilio dormitaba
en su cuarto con nubes solitarias.
A través de la niebla
veía deslizarse el tiempo insólito.

Los sueños se esfumaban
como espíritus pálidos y fríos.

Las horas navegaban cada noche
por caminos de bruma sin presagios.

La mujer naufragaba
en sus escritos intimistas.

Quería convertirse en una efigie
y esculpir en la piedra la nostalgia.

La mujer sollozaba
en lugares inhóspitos de viento

y llamaba al futuro por su nombre,
para conjurar al universo.

La mujer en su sueño
pretendió doblegar a las galaxias,

pero hubo de esperar el punto exacto
de la visión de lluvia y sortilegio.


Ana Muela Sopeña

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