EN CÍRCULOS

*
Nuestra selva no sabe de mutismos,
aproxima sin pánico los besos
por dimensiones suaves.

Nos abrazamos
en túneles ocultos en la niebla.

Acercamos el roce del deseo
a las grutas amadas.

Hay un juego morboso
que no termina nunca.

En la sombra delira la oquedad
y nuestra piel escribe,
con la caligrafía del instinto,
las páginas del tiempo.

La luz es compañera del umbral
de tu vientre que busca desnudez
alejada de huecos interiores.

Nuestros párpados son el instrumento
de grietas y fisuras subterráneas.

Pupilas consagradas al ritual
nos indican que todo es un relámpago,
en las manos abiertas al secreto
de la taquigrafía de las aves.

Tus uñas sutilmente se demoran en círculos
en mi espalda que busca la liturgia
lasciva en los relojes del espejo,
a través de las horas que pulsan las raíces.

Nuestros iris de bruma
ascienden por los mundos invisibles
a la vez que los labios se hacen nítidos.

Una galaxia errática nos habla
con la boca amparada en el placer.

La lengua es territorio del misterio
en la saliva cálida,
donde un volcán de humo nos asombra.


Ana Muela Sopeña