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A veces es mejor que la memoria
visualice en el sueño la partida,
para enhebrar con alas nuestra vida
y poder ser los amos de la historia.
Escribir una fiel dedicatoria
en crepúsculos rojos sin salida
y saber que la noche seducida
se mueve sin parar como una noria.
Quisiera conservar esa ilusión
que en los cofres del tiempo son los días
y destilar el vino con los meses.
Tu voz es paraíso de pasión
que me lleva a cantar en mediodías
y me asombra feliz entre cipreses.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Hola, Ana...
Muy bonito y romántico soneto.
A veces la poesía fluye como una cascada formada por hermosos versos.
Un abrazo.
Gracias, Rafael, por pasar por este soneto y dejarme tu generosa huella.
Un abrazo grande
Ana
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