domingo, 31 de enero de 2010

OLVIDOS NÁYADES

*
Este invierno lluvioso me sorprende,
como árbol refugiándose en su bosque
de niebla sublimada por el viento
que abraza con su velo negro el enramaje.

Los charcos en espejos van girando
con reflejos perfilándose de estrellas,
en sus nidos de luz y de canciones,
son galaxia circundante, agua nueva.

Atávicos olvidos de las náyades
en territorios diluídos con sus halos,
de espirales como fuego de otro mundo
son memoria ineludible, sombra, llanto.

Y el cielo seducido por tu vientre
te cuaja de pasiones y cometas,
se integra con destinos y futuros
como huella inerte enamorada de la tierra.


Ana Muela Sopeña = Versos impares
Isabel Larrondo = Versos pares

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