*
Vi tu rostro trastornado en el espejo.
En medio de transeúntes
me pareciste un huérfano
buscando sus raíces interiores.
Noté tu protección
que saltaba los muros de mi piel
y me sentí mecida
por tu mirada lujuriosa.
Navegué hacia tu risa
y me sumergí en tu mundo sórdido,
donde la magia parecía ser normal.
Exorcicé tu pánico
con mis conjuros de la niebla...
y fuimos en el tiempo viandantes sin futuro
que pactaron con la música del cuerpo
en habitaciones escondidas.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Hermoso. Delicadamente sensual.
Besos, Ana.
Muchas gracias, Soco. Me alegra tu paso por mis versos.
Besitos
Ana
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