miércoles, 1 de mayo de 2013

LUZ DE LAS ACERAS

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Contemplo por las calles la luz de las aceras en la sombra
y miro los presagios en las nubes, en los sueños nocturnos.
A veces, cuando llueve, los gorriones se esconden en los pórticos
mientras los charcos gritan con los coches que pasan sin cuidado.
La ciudad se disuelve con el frío en este mes de abril
que busca entre las grietas su destino, en edificiones grises.
Los portales se ocultan con el pánico del silencio en la niebla.
Las chimeneas se alzan con el humo en medio de los siglos.
Las palabras se esfuman en las cafeterías concurridas
para esperar el pulso y de nuevo iniciar otro retorno.
Diviso desde el puente de Deusto la bruma sumergida
en el agua que ampara el miedo y la orfandad de los transeúntes.


Ana Muela Sopeña

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