*
Otros espacios de vacío
se llenan de la marca del centauro.
La mitad animal cree que está bien.
Se vincula sin máscaras,
sin ningún compromiso.
Y la mitad humana-
sabiendo que el gran frío no perdona-
intenta navegar hacia la luz,
en la piel de lo auténtico.
Ana Muela Sopeña
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