*
Dormía mientras fuera estaba helando.
En su mano tenía un bloc de notas,
los trasgus le dictaron al oído
la solución de algunas Integrales.
Más tarde vio a las dríades del bosque
entre los Logaritmos sonriendo,
le entregaron un ramo de violetas
y le hicieron cosquillas en los pies.
Las ninfas del crepúsculo sombrío
le hicieron volar alto con su luz
y a través del Espacio Vectorial
le llevaron la esencia creadora.
Las sílfides traslúcidas y blancas
le mostraron alegres la hermosura
del Teorema de Fermat.
Y Walkirias con túnicas de lino,
con sus labios sensuales,
conjuros entre lluvia y sortilegios,
le indicaron caminos,
para hallar el enigma de Ecuaciones
Diferenciales llenas de armonía.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Los matemáticos tienen corazón y expresan sentimientos, los ven....lo sé por experiencia.....mi marido lo es...
Gracias
Abrazos
Gracias, me agrada verte entre mis letras.
Un abrazo grande
Ana
Excelente Ana
Un abrazo a tu corazón
Besos alados
Ross
Gracias, Rossana, me encanta que te haya gustado el poema.
Un abrazo
Ana
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