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Paradojas de un mundo que sorprende.
Buscamos permanencia,
la relación perfecta en el espacio
por tiempo indefinido.
Pero luego el deseo es escapar
hacia ninguna parte,
para sentir de nuevo los inicios.
Elipses que no paran,
movimiento perpetuo hacia otro lado
donde un cristal nos mira en la penumbra
con espejos de exilio para ser...
o un nido primigenio que nos guarda
de la depredación y el frío intenso.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Paradojas de nuestra naturaleza contradictoria. Un buen poema.
Un abrazo.
Gracias, Perfecto.
Un abrazo
Ana
Efectivamente, Ana. Esas paradojas son consustanciales a nosotros. Me ha gustado especialmente esa contraposición entre buscar/desear, porque es verdad que no buscamos lo que deseamos, o no deseamos lo que buscamos. Esa es la gran paradoja.
Me ha gustado.
Un abrazo.
Así es, Juan. Es una complicación tremenda...
Gracias por pasar
Un abrazo
Ana
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