*
El árbol de los verbos parece una quimera,
pero gracias a él
las heladas del bosque disminuyen.
En la bifurcación de los caminos
hay un espacio cálido
con espejos de sibilas
que no duermen jamás sin desnudarse.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Muy cierta y muy bellamente ilustrada esta reflexión.
Me alegro, Pedro Manuel, que te guste.
Un abrazo
Ana
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