*
Sobre la sangre, entre la piel de los vampiros,
quiero soñar con ciudades amadas de lodo
para que siempre me devores.
Hace tiempo, en mundos desolados por el frío,
la belleza de la tierra
me permitió besarte
con lunas de escarcha bajo cielos de relámpagos.
Cuando me olvido de tu nombre
y contemplo los árboles
con niebla sobre el musgo,
en mi visión de almizcle
eres sólo la sombra de un túnel
donde yazgo sin pánico a la herida.
Ana Muela Sopeña
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