*
Al escuchar tu voz,
en túneles del tiempo melancólico,
me comporto serena
en trenes de juguetes.
Mi instinto viaja en globos aerostáticos
a lugares antiguos entre bruma,
mientras miro tus ojos del océano
a través de los límites del mundo.
Al oír tus sonidos,
arcaicos como el sueño,
me entrego a la impresión de tus visiones.
Al escuchar tu voz
me desnudo sin miedo a ser herida
e imagino el secreto
a través de los cables telefónicos.
Me traslado a la cueva donde habitas
con el frío reptil de lunas rojas
y el calor de los mares del asfalto.
Un árbol silencioso
cabalga interiormente
en tus sílabas suaves del Aleph.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Celebro este poema con verdadera devoción, me parece hermosisimo, y sobre manera, los siguientes versos:
"Al escuchar tu voz
me desnudo sin miedo a ser herida"
¡¡Sublime!!
Besos.
Me alegra que este poema te haya gustado.
Un beso agradecido
Ana
Muy hermoso este poema, Ana. me encanta su ritmo.
Un beso. Soco
Soco, es un placer verte por aquí.
Un besito
Ana
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