*
Los ángeles de fuego
yacen abandonados sobre piedras,
en la soledad y en la desidia.
Ahora,
escribo con palabras
los
versos
de
la
herida
y adivino en los círculos del tiempo
las galaxias ocultas.
Duermo sobre los límites del mundo
y espero de tu luz una caricia.
Ana Muela Sopeña
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