miércoles, 26 de octubre de 2011

PERSÉFONE EN LA ORILLA

*
Perséfone en la orilla
espera las palabras de su dios,
para proclamarse
la elegida del mundo.

Pero él no dice nada,
se reserva el momento
y llama a algunas nínfulas
con su móvil de arenas movedizas.

Más tarde,
ella desciende a los infiernos
y allí busca el origen,
pero no encuentra nada.

Se inicia en simbolismos de papel
y persigue ser única
a través del instinto de la herida.

Su dios no se demora
y comienza la huída,
antes de que Perséfone devore
el fuego de su alma.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

perfecto herrera ramos dijo...

Cuando se visita ese sitio, todos somos únicos, pero nos encontramos solos. Es el inconveniente.
Precios poema.

Besos.

Tatiana Aguilera dijo...

" y llama a algunas nínfulas con su móvil de arenas movedizas"...¡Qué versos!...¡Felicitaciones Ana!.
Un beso.

Ana Muela Sopeña dijo...

Perfecto, gracias por tus palabras.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Taty,

es un placer verte en mi ventana.

Un abrazo
Ana