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En el alma se siente cómo corre
la lluvia enamorada del cristal.
A veces la belleza es como el agua,
luminosa y terrible como sal.
Musita en el silencio de su álbum
aleteo de pájaros sin tierra.
En el mundo el espíritu es muy libre,
siempre sabe tomar sus decisiones.
La esfera de la esencia es sideral,
intuye que la vida desde ti
besa con suavidad un baobab.
Restaura sin pesar verbos de mar
en las dulces palabras de la noche.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Siempre disfruto estos poemas de gran virtuosismo poético, Ana. Un gustazo pasar por aquí.
Abrazos.
Precioso y con ese mensaje eterno.
Besoslibres
Me alegra, Ramón, que este poema con acróstico doble te haga disfrutar.
Abrazos
Ana
Gracias, Soco, por tu lectura.
Un abrazo
Ana
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