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A Mercedes Ridocci
El cuerpo se abre al mundo de la luz
como una flor de loto
y sueña que respira
en un árbol de bruma y esperanza.
Se mueve con el sol, cuando el alba germina,
y va desperezándose
a través del espacio diminuto.
Se aquieta al mediodía,
con la caricia ebria.
Y al llegar el crepúsculo despierta nuevamente
para supervivir en la alegría.
Más tarde, con la noche,
se contiene en su red tentacular
con cristales de plata y de azurita.
El cuerpo es un sonámbulo
que vislumbra visiones
en la sombra dormida
de un animal sin miedo.
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Que bello escrito le has dedicado a Mercedes, bien merecido porque escribe maravilloso.
Un beso Ana.
Maravillosa descripción de mi “alma” desde tu “yo poético”
“Respiro en la esperanza,
me muevo con el sol,
me aquieto al mediodía,
y en la noche, mi cuerpo sonámbulo
vislumbra visiones
en la sombra dormida
de un animal sin miedo.”
Gracias, querida amiga.
Mercedes.
Hola Taty:
Sí, Mercedes une dos artes. El arte del movimiento y el de la palabra. Por eso he tenido esta inspiración...
Gracias por pasar
Un beso
Ana
Me alegra, Mercedes, que el poema haya resonado en tu interior.
Un beso grande, amiga
Ana
Que el cuerpo se abra, que se burle del miedo...
Que el cuerpo se abra como un ritual de vida...
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