domingo, 27 de octubre de 2019

ESE CAFÉ PENDIENTE

*
El vacío se filtra por las calles
mientras escucho pájaros nocturnos
en la distancia abierta de la luna.

Todo se hace más denso en las aceras.
Los transeúntes andan muy deprisa.
Persiguen ir más rápido
que la tristeza.

Rostros ensombrecidos por la herida
escapan ciegamente
de la grieta más sucia de la infancia.

Manos de lluvia juegan a perder
a personas que buscan su otro nombre.

El lado más oscuro del espejo
huye de la belleza,
de lo que pudo ser y nunca fue.
Las palabras no dichas,
los sueños no vividos,
los proyectos que nunca se alcanzaron.

Manos de escarcha juegan a extraviar
los huecos del amor y de la muerte.

Hay una luz oculta en el cristal:
las metas que cayeron
por el sumidero del dolor.

En el aire subyace todavía
ese café pendiente
que nunca nos tomamos para hablar...


Ana Muela Sopeña

8 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Lo leo y lo releo... me lo llevo en la memoria, Ana.

Abrazo grande.

Albada Dos dijo...

Es la maldición de los besos no dados, del abrazo que no llegó a ser. Sólo calan hasta los huesos, los besos que no has dado, dice Sabina, y es verdad.

Un abrazo

María Socorro Luis dijo...

Ay, ese amor soñado, que nunca llegó a ser...

Muchos besos, querida Ana.

Amapola Azzul dijo...

La penúltima estrofa me conmovió especialmente.

Besos.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Carlos, por venir...

Un fuerte abrazo
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Así es, Albada, besos para ti...

Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra, Soco, verte por aquí...

Un beso grande
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Agradezco, Amapola, tu paso por mi blog...

Besos
Ana