viernes, 18 de octubre de 2019

SUSURROS

*
La soledad se siente
en las noches sumidas en el frío,
más allá del temblor de los susurros,
en tu voz sumergida en la nostalgia.

La memoria del cuerpo
nos mantiene adheridos al amor,
con la sombra del aire en la distancia,
en el vértigo alado de la luz.

Nuestro sueño es lograr la libertad
en el vórtice instintivo de lo oscuro,
más allá de los túneles del tiempo
consagrados al círculo invisible.

Las calles solitarias nos arropan
con sus luces amadas por siluetas
bajo farolas mágicas de bruma
que atraviesan conjuros sin historia.

La piel de las esquinas
acompaña a los párpados del mundo,
en aceras desnudas de ilusiones
más allá del relámpago del mar.

Somos huérfanos, viudos de la rosa,
con las manos de lluvia,
anegados en bucles de utopías,
inmersos en la sal de la belleza.

Cada tarde te imagino bajo nubes
como viajero lúdico del orbe,
con satélites blancos de caricias
consagradas a los quarks de las galaxias.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Fluyes en cada verso, Ana, en un poema que queda resonando interminable...

Abrazos y más abrazos.

Albada Dos dijo...

Un fluir precioso entre los dedos, esa imagen de nubes y amapolas en la tarde.

Un abrazo. Me ha encantado

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Carlos:

Me encanta verte por aquí.

Besos
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Muy agradecida, Albada, por tu paso por estos versos.

Un abrazo
Ana