*
Camino sin un rumbo,
por la ciudad dormida
hacia lo incierto siempre
sin átomo de ira.
Me fijo en cualquier árbol
en aceras de bruma,
en plazas circulares
y en rostros de la luna.
Medito con las nubes,
para sentir al alma
la magia de las flores
en lúcidas palabras.
Conecto con tejados
y suelos de cemento,
mientras mis pasos van
acordes con el sueño.
Se ilumina la lluvia
en la piel de la niebla
y la ciudad me trae
en su cuerpo quimera.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Se ilumina la lluvia para tardar menos en llorar más, llorar la mágia de tu voz en lúcidas palabras.
Precioso paseo, Ana, gracias por tu compañía.
Un beso tras los rostros de la luna
Manuel
Siempre estás en mí, en esta ciudad y en otras ciudades, Manuel.
Un abrazo en plenilunio
Ana
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