jueves, 24 de septiembre de 2009

NUMEN

*
Un murciélago de ónix me contempla
en la penumbra de la tarde,
sobre el árbol caído
de un mundo seducido por el caos.

Belleza y muerte
en la luz del crepúsculo.
Disolución de lluvia sumergida,
en cúmulos de arena.

El infinito abriga mis espacios
entre las horas suaves de la noche,
en el silencio fértil.

Abrazo sobre el vórtice tu numen,
en esa piedra fría que es tu alma,
hasta que el sol renazca en tu interior.


Ana Muela Sopeña

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