*
Un presagio me llama
como animal abierto del azar
y el agua de la lluvia golpetea mis labios
mientras la noche cumple con su pacto
y las calles amparan las visiones.
Los cuerpos no se olvidan
a pesar de las puertas tan cerradas
y el hundimiento en tierra.
Hay humus especial para estas cosas
en el cementerio de la herida.
En un círculo rojo
tanteo con mi luz
la rama sumergida
en los universos del futuro.
Ana Muela Sopeña
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Es tan cierto este poema que por momentos duele.
Abrazo, Ana.
Claro...
Un abrazo
Publicar un comentario