viernes, 23 de abril de 2010

DRAGÓN DE LAS EDADES

*
Dame tu mano, amiga,
que juntas podremos
exorcizar al demonio de la angustia,
porque una sola puede ser vencida,
pero una red de mujeres tiene el poder
nacido de la Tierra.

En la matriz del mundo
nos encontramos siempre con la herida,
pero también con el fuego de los siglos
que mana por la piel de nuestros cuerpos
que es como el corazón de los océanos,
donde nace el amor.

Pero no el amor pequeñito y egocéntrico,
sino el amor atómico,
universal y etéreo como Gaia.

Un amor que resurge con la estrella
sideral en su esencia de los lagos.

Dame tu mano, amiga,
que juntas somos una luz sin límite,
infinita en el pulso
de las mareas áureas,
en las constelaciones de la sangre.

Dame tu mano, amigo,
dejemos la contienda de los sexos,
los géneros en lucha milenaria
por llevar ese cetro
en esa jerarquía tan oculta
que no tiene sentido.

Dame tu mano, amigo,
enséñame el instinto
de la supervivencia
que araña superficies
desde la prehistoria.

Dame tu mano, amigo,
que yo te enseñaré
la canción de las líneas de la Tierra
custodiadas por tribus ancestrales
con sus palabras código.

Te diré por ejemplo:
"ch'ench'enki"
que en maya significa
silencio...

O te diré:
"Yanasa"
que en quechua significa
amigo...

O te diré:
"Kunguma"
en mapuche
borrasca...

Y así recordaremos las memorias
del dragón de las edades
en la Tierra convulsa
que hoy quiere renacer hacia la luz
de la fraternidad antigua y cósmica.


Ana Muela Sopeña

6 comentarios:

Adolfo González dijo...

Me parece que la poesía es una amistad dentro de uno mismo, amistad que viene de fuera y vuelve a salir y entrar. Y así sucesivamente. ¿No te parece algo así? Abrazos.

Ana Muela Sopeña dijo...

No lo había pensado, pero sí. Amistad dentro de un mismo, podría ser ¿por qué no?

Abrazos
Ana

Pasé por tu blog, pero no tienes habilitada la posibilidad de dejar comentarios...

Adolfo González dijo...

Ya, es por si un día me muero de repente y no puedo responder a las condolencias. No, es broma. Es que estéticamente me gusta más cómo queda así y que cada uno haga su lectura, que sólo estén el poema, el silencio y el lector. Pero eso no significa que no me guste escuchar opiniones, sugerencias críticas, tanto positivas como negativas, de mi labor. De hecho, para esas cosas -y para lo que te haga falta-tienes mi dirección de correo electrónico en el perfil del blog.

Ana Muela Sopeña dijo...

Bien, buscaré tu e.mail, Adolfo.

Gracias por pasar.

Un abrazo
Ana

Rocío L´Amar Poeta de Chile dijo...

tremendo poema tejido y entretejido sutilmente por el arte de la palabra excelsa... es decir, es un recorrido desde el amor hacia el amor, desde el roce hacia la invitación a transitar los ciclos de la vida, desde el asilo de las manos hacia la luz del nuevo ser humano,

bueno, hacia tiempo que no te leía, amiga, y me he encontrado con este poema hercúleo...

felicitaciones, Ro

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Rocío, por pasar y dejarme tus cálidas palabras.

Me alegra que este poema un tanto profetico haya sido de tu gusto.

Besos
Ana