*
A Rosalía Linde
Otra vez se oye hablar de guaridas
entre los lobos negros que deambulan por la ciudad.
Otra vez se escuchan las sirenas
a través del oído de las farolas de las plazas.
Las ambulancias recorren las calles
y se llevan a los hombres muertos o que parecen muertos
hacia ninguna parte.
La oscuridad inunda la calle 52,
mientras la melodía de un saxo se filtra entre las horas.
Otra vez una mano espectral
comienza los aullidos a la luna,
pero amanece en la ciudad
y en los autobuses hay gente que sonríe...
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Otra vez una mano espectral
comienza los aullidos a la luna,
Genial!
Un beso
MArian
Hola, Marian, me alegra mucho verte entre estos versos.
Un besito
Ana
El sonido de un saxo ciertamente atempera las calles Ana. Lo es más todavía en Rosalía, con su filtro que pule, que domestica y no la desmiente.
Un besote a las dos
Miguel, es una grata sorpresa verte en medio de esta ciudad y su saxo.
Un beso grande
Ana
después del apocalipsis... la vida sigue como si nada, ir a trabajar, sonrientes en un autobus. excelente, ana.
Así es, Matías. Apocalipsis, momentos terribles y luego todo continúa girando...
Un beso grande
Gracias por pasar
Ana
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