viernes, 31 de julio de 2009

TAROT DE LOS ESPEJOS

*
Un loco desolado me hace señas
en los mundos del ónix.
Lagartijas de arena se derriten
en el instinto azul de la palabra.

A través de la magia me desangras
con la crueldad del orbe alucinado
que destierra la piel de los espejos,
en barcos de cartón.

Y la sacerdotisa del Tarot
me une a los submundos
de belleza terráquea y verdadera.
Me concede una imagen
de visiones,
en plegarias de sol, con un buen tótem.

La flor de lis se abre delicada
con una dama suave que medita.
La emperatriz del alba
me presenta el fulgor de los relámpagos.

El poder de las horas,
en el umbral del viento,
se deja dominar por el chamán.
Es un emperador que, primitivo,
seduce a las mareas con su voz.

Y el sumo sacerdote busca sílabas
con misterios de olivos y de sal.
Desea conjurar al universo,
para que otra galaxia se enamore
de Andrómeda o quizás de Aldebarán.

La elección siempre es ardua.
Hay un camino estrecho que es difícil
y otro camino fácil que lo siguen
aquellos que olvidaron el sendero
de la luz cenital, tras las tormentas.

Un caballero en carro,
conducido por dos fieles salvajes,
emprende ruta abierta hacia un fractal,
donde vive el Señor de los Anillos.

La fuerza femenina es un señuelo
que domestica a bestias en la noche
y pretende entender la sensación
del centro subyugado por la sed.

La soledad es siempre un latigazo
que hace sentir el frío,
calando hasta los huecos del espíritu.
Un eremita sube por las cuestas,
para vengar al hongo del silencio.

Una rueda del karma se hace oscura
y en ella pasan rápido bacterias,
y virus y gusanos, salamandras.
De pronto viene el fuego y se diluyen.

La justicia divina se hace éter.
Aterriza el amor y la armonía
con Euterpe y Polimnia en sus refugios.

La desidia termina siendo miedo,
donde el estancamiento se hace lodo.
El colgado se nutre del vacío,
de la inacción del mundo pervertido.

Un esqueleto es moda.
Ahora las modelos lucen los huesecillos,
quizás porque la muerte es más erótica
que la vida del agua y su matriz.
En la transformación habita el punto
que exacto se derrama en los relojes.

Templanza cuando miras mis pupilas,
adoración del número
adhesión al torrente.
Fibonacci contempla una escultura
de una Venus de Winderdolf amorfa.

Un cúmulo de seres
consagrados a vicios y lujurias
se hacen llamar diablos.
Y planean sin tregua su estrategia,
para domar al hombre y la mujer
y robarles su amor al centro luz.

La torre se derrumba,
con la voz que no sabe elaborar
la vanidad, soberbia, ira, gula,
la envidia y la pereza.

En la esperanza vive mi destello
amarrado a la torre del futuro,
percibiendo el instinto
de humo negro
y unido
al entramado
de la vida.

La luna con sus lobos embriagados
seduce con sus sílabas de espuma
a los perros perdidos,
en las calles dormidas,
con agujas de yonkis.
Y drogas de farmacia como el Prozac
o ansiolíticos suaves.
Y benzodiacepinas y Ziprexa
y Risperdal y Valium.
Un reino de moléculas dopadas
nos conduce a la sala de Aldous Huxley,
donde el soma nos hace ya ser máquinas.

El sol me hace abrazarte,
mientras yo te sonrío
con la voz de los pájaros de sueño
que despiertan a lluvias de verano.

Los muertos se levantan de sus tumbas
y los fosos de anfibios y reptiles
se convierten en lagos transparentes,
donde el amor y el arte son semillas.

Y un mundo de pasiones refinadas,
donde los arquetipos
dejan ver sus misterios escondidos
bajo el fuego de aquel León de jade
o los ojos del Toro de metal
y la blancura lúcida del Águila
o el cuerpo diamantino de la cábala.

En todos los espejos del Tarot
me contemplo sin máscaras
del triste carnaval de una Venecia
endiosada y convulsa.
Y renazco de gotas del océano,
para resucitar de los infiernos.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Marisa Peña dijo...

Bellísimo poema de los arcanos mayores...preciosa la imagen que engloba los contrarios con la que hoy abres el blog....Tú y yo podríamos hablar de muchas cosas.Besos, poeta

Ana Muela Sopeña dijo...

Marisa, me encanta verte en este poema de Arcanos.

Un besote
Ana