TENGO MANOS DE LLUVIA

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Tengo manos de lluvia
y recibo la aurora bien abierta
al día que es un ángel de las nubes.

Mi piel es una flor en el desierto
donde el agua se crea, aunque no exista.

Mi cabello es oscuro
(azabache y petróleo).

Me bebo la pasión del universo
a través de poemas vulnerables.

Tengo cuerpo de garza
y almendrados los ojos.

Por las noches te espero en el silencio
y tú vas susurrándome palabras
que alumbran las galaxias del amor.

Tengo uñas de gata
nocturna, callejera y solitaria.

Aprendo en las aceras a soñar
con mundos inventados en las crisis.

Entre sábanas soy tu fiel vestal
que te ofrece en un cáliz muchas sílabas
y los besos salvajes,
sin censura.

Tengo una luna negra
agazapada en horas de cuadernos,
donde el vacío vuelve en desnudez
y brota la expresión fuera de límites.

Te recuerdo en mis páginas de agua
donde los jeroglíficos de Urano
pretenden rescatar tu valentía.

Tengo huesos sin voz
en galerías de dibujos,
respirando el instinto de tu cuerpo.

Tienes mi centro suave del enigma
enredado en tus dedos de relámpago
con el misterio atávico, escondido.

Tengo labios que sólo ya te nombran
en la cartografía de violetas
que se mueren de sed en los portales.

Tienes hambre de mí- aunque lo niegues-
y yo soy tu visión de medianoche
cuando el sonido interno se hace nítido...


Ana Muela Sopeña